La hija del fletero, linda infinita,
volvió a Madrid
donde parece que es feliz.
Ese día me mandó al descenso.
Recuerdo cómo su mirada me volteó.
Pero dos que se quiren, se dicen cualquier cosa.
¡Ay, si pudieras recordar sin rencor!
En mi buzón hay un par de cartas suyas.
Fueron juntándose y no tengo el valor...
Todavía su amor me da descargas
(nunca tuvo el higo seco junto a mí).
Pero a los ciegos no le gustan los sordos;
y un corazón no se endurece por que sí.
No calentás la misma cama por dos noches,
me reclamaba y no la quise oír.
Hice todo por impresionarla
y dejé huérfano todo su penar.
No me gustó cómo nos despedimos:
Dában sus labios rocío y no bebí.
Sopa de almejas es todo lo que como
(siempre fui menos que mi reputación).
Pero dos que se quieren, se dicen cualquier cosa.
¡Ay, si pudieras recordar sin rencor!
Pero a los ciegos no le gustan los sordos
y un corazón no se endurece por que sí.
martes, 16 de junio de 2009
LA HIJA DEL FLETERO -PATRICIO REY Y SUS REDONDITOS DE RICOTA
Publicado por Che Pereyra en martes, junio 16, 2009
Etiquetas: Disco: Lobo suelto / Cordero Atado
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